La economía en Venezuela ha estado en crisis en los últimos años. Los niveles de inflación han aumentado progresivamente hasta llegar a niveles que pocas veces se han alcanzado en el mundo.
Debido a esto, los venezolanos han buscado alternativas para proteger sus ahorros ante la depreciación de la moneda nacional, el bolívar. La compra y uso de dólares, tanto en efectivo como en forma digital, ha ido en aumento constante.
Además, los controles gubernamentales al intercambio de divisas dificulta aún más esta actividad, preparando el campo para la adopción masiva de las criptomonedas.
Desde su surgimiento en 2009, uno de los objetivos principales de Bitcoin es servir como método de pago alterno a los canales tradicionales, generalmente regulados por entes gubernamentales. Para Venezuela, esta característica fue definitoria.
Actualmente, Venezuela es uno de los países con mayor comercio de criptomonedas, no solo en América Latina, sino en el mundo entero.
Venezuela ocupa el tercer lugar en el índice de adopción de criptomonedas de Chainalysis, publicado en septiembre del 2020. Este país está por encima de grandes focos de comercio, como Estados Unidos o China, y solo es superado por Ucrania y Rusia.
En palabras de Chainalysis:
A medida que analizamos el reporte en profundidad, nuestros datos muestran que los venezolanos usan más las criptomonedas cuando la moneda fiat nativa pierde valor debido a la inflación, lo que sugiere que los venezolanos recurren a las criptomonedas para preservar ahorros que de otra forma perderían.
A pesar de la volatilidad de Bitcoin, que en países con economías más estables puede ser un aspecto negativo, en Venezuela este factor es preferible a la constante depreciación del bolívar.
Las altas comisiones pueden jugar en contra
A pesar de las ventajas que pueden ofrecer las criptomonedas, las más populares tienen problemas para hacer frente a una adopción masiva.
Bitcoin ha presentado comisiones muy altas desde el período alcista de 2017, y este problema se repitió durante el alza del 2020. Ethereum, que pudo soportar sin problemas la fiebre de las ICO en 2017, no tuvo tanta suerte con la fiebre DeFi.
Las dos principales criptomonedas del mercado han demostrado que no están realmente capacitadas para ser la nueva moneda global, pues una adopción moderada las pone en jaque.
Además, las criptomonedas no pueden conformarse con ser una reserva de valor: también deben ser capaces de funcionar como medio de pago.
VersaCoin es una nueva criptomoneda que se enfoca en potenciar su capacidad de uso como medio de pago. Con el aumento del eCommerce, es necesario contar con una alternativa rápida y segura, cuya comisión no sea mayor al costo de lo que se está comprando.
Gracias a sus características, VersaCoin es ideal para realizar pagos sin importar el monto. A diferencia de Bitcoin, su protocolo está diseñado para soportar una gran cantidad de transferencias simultáneas sin afectar la experiencia del usuario.
